El 5 de mayo de 1925 llega a la Parroquia del Niño Jesús en Villa Lugano, un sacerdote notable por su personalidad y empuje llamado Mario Fabián Alsina. Durante su larga presencia en la Parroquia, cumplió con amor y dedicación difundiendo la palabra de Cristo en todas las formas posibles y a todas las personas sin exclusiones, siendo la Iglesia el lugar de encuentro, en fraterna comunicación y solidaridad.
Su trabajo pastoral lo realizaba con sencillez, espontaneidad y entrega, siendo su objetivo guiar a niños y jóvenes, abriendo caminos a la vida espiritual para así forjar a los hombres del mañana.
Como enseñó Jesús, el padre Alsina, daba pan al hambriento, techo al desvalido, enseñanza, auxilio al que sufría y comprensión al que lo necesitaba. ¡Así fue el Cura Gaucho de Lugano!, como el pueblo lo llamaba.
Los niños se acercaban a la Parroquia porque recibían gestos de su amor, tolerancia, respeto y solidaridad, donde se alternaba el juego, el estudio y la vida espiritual con la permanente guía del Padre Alsina. La preocupación por los niños de la comunidad, lo hizo esforzarse para cumplir con su máximo sueño: Fundar el Colegio Parroquial del Niño Jesús, que actualmente lleva su nombre, como merecido homenaje.
Nuestra escuela, fue soñada por un humilde sacerdote, que esperaba antes que nada, sacar a los niños de la calle, dándoles un lugar seguro donde crecer en la Gracia de Dios. Con sacrificios y esfuerzos, este lugar fue creciendo, con la ayuda de amigos y fieles, ya que la escuela era gratuita. El Padre Alsina vio crecer su mejor anhelo, la escuela que empezó el 25 de octubre de 1925 con una inscripción de 16 alumnos, donde sus aulas en un principio de chapas, fueron reemplazadas por otras de material.
Hoy nuestra escuela, sigue con los mismos objetivos de su creación, pero ha crecido en cantidad de alumnos y docentes. Consta de más niveles (nivel inicial y nivel medio), más aulas, salón de actos, gimnasio, biblioteca, salón de música, laboratorio, sala de computación, patios de recreación. Este crecimiento se debe al trabajo mancomunado de padres, vecinos, fieles, docentes, equipos directivos y sacerdotes de nuestra Parroquia a través de los años.
El alejamiento del Padre Alsina se produjo de modo silencioso, concelebrando una misa en el patio de la escuela, que fue concurrida por miles de fieles para despedir el Cura Gaucho de Lugano.
Después de 44 años de permanencia en la parroquia, se retiró a la casa de Reposo del Sacerdote y su último gesto para su escuela fue donar el dinero que le regalaron para la construcción de más aulas. Las mismas se construyeron y hoy pertenecen al Nivel Inicial.
Después de su fallecimiento, volvieron sus restos a la Parroquia que tanto amó y por la que consagró su vida para descansar en paz. En esa oportunidad, se le rindió homenaje llevando sus restos a pulso desde Avenida Eva Perón y Murguiondo con cientos de fieles, hasta su lugar actual.
Párrocos que continuaron la obra del Padre Alsina:
Mario Fabián Alsina 1925-1969
Eleuterio Pianarrosa 1969-1974
Daniel Revert 1974-1976
Héctor Botán 1976-1985
Juan Carlomango 1985-1989
Carlos Nocetti 1989-1999
Jorge Carbonell 1999-2001
Juan Carlos Martínez 2000-2018
Ignacio Damián Medina 2018-2020
Gabriel Marronetti 2020-continúa.